Diciembre de 1967
Eran cerca de las 6 de la tarde, anochecía sobre la ciudad de Madrid y las luces anaranjadas de las farolas empezaban a iluminarse. Tres obreros cansados del largo día de trabajo se disponían a dejar la obra donde trabajaban y regresar a sus hogares, era víspera de fiesta pues al día siguiente era nochebuena. Por el transistor de Fermín se oían villancicos y mensajes de amor y paz años hombres de buena voluntad. De repente, un conocido locutor interrumpía el programa con animo de sensibilizar a los hombres de buen corazón, con la siguiente noticia "en el barrio marginal de río seco una familia de origen muy humilde han sido papas. Tanto la madre como el recién nacido están bien pero necesitan toda la ayuda que usted pueda ofrecer. Sea solidario estamos en navidad."
Fermín, Adrián y Daniel se miraron a los ojos en silencio conscientes de la gravedad de la situación. Tenían que hacer algo por aquellas pobres gentes. De la obra salieron los tres hombres de buen corazón al lugar indicado en la noticia, por el camino se detuvieron en unos grandes almacenes para comprar mantas, alimentos y un osito de peluche "le hará ilusión al pequeñín" dijo el buenazo de Daniel, además "solo cuesta 50 pesetas"
A la puerta de la chabola se agolpaban un grupo de indigentes sucios y mal vestidos que al ver a los tres hombres llegar, se apartaron para dejarles paso. En el interior y sobre un cajón de madera a modo de cuna yacía un bebe de blanca piel envuelto en toscos h humildes ropajes y que en esos momentos dormía plácidamente. A su lado, velando su sueño, sus padres. No había ni mula ni buey pero si mucho frío. Los obreros dejaron los presentes que traían al pie de la improvisada cuna mientras la madre, con lágrimas en los ojos asentía agradecida. Mientras tanto, Daniel y Adrián habían traído unas tablas para hacer una lumbre. De repente y escoltados por dos grises que se quedaron afuera, irrumpieron en el interior de la vivienda tres hombres serios trajeados y que traían bajo el brazo sendas carteras cada uno.
Sera los tres reyes magos, bromeo Fermín.
Se equivoca usted, contesto con gesto serio uno de los recién llegados . Somos del ayuntamiento y de servicios sociales, dijo otro de los trajeados. Mientras sacaba de su cartera unos impresos que tenían que rellenar la familia de origen humilde, al tiempo que !es formulaban preguntas, alguna de ellas muy indiscretas y otras graciosas o de mal gusto. En un abrir y cerrar de ojos se formó un tremendo guirigay, pues todos los presentes querían hablar al mismo tiempo, decir algo mientras los pobres padres observaban la escena atónitos. Se habló de quemar la chabola, de trasladar urgentemente al recién nacido a un centro de acogida en donde sin duda seria debidamente atendido, mientras a los padres se les buscaba con tiempo, una vivienda digna y un trabajo para integrarse en la sociedad.
Ni entiendo ni me gusta para nada esta clase de "caridad" dijo Adrián mientras hacía un gesto a sus compañeros para que abandonasen la chabola.
De vuelta a casa, Fermín comento, no sabemos como se llamaban los padres de la criatura ni que nombre pondrán al pequeñín. Yo si lo se, dijo Daniel. Me lo dijeron unos paisanos suyos cuando fui a por las maderas.
Y como se llaman preguntó Fermín. José y María y al niño lo llamaran Jesús, contesto Daniel, añadiendo, ¿no os parece que lo que ha sucedido esta tarde, se parece mucho a lo que dice la Biblia?
Es lo mismo, dijo Adrián pero algo mas cambiado.
La moneda de Daniel...
Narrador de ustedes Pfennig 10, ¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!