Buenas a todos, hoy quiero presentarles mi última adquisición, un As de Domiciano con un relieve que me gustó mucho.
Este emperador tirano fue responsable del martirio a Juan (el menor de los 12 apóstoles). Con ayuda de wikipedia:
Tesis sobre el enfrentamiento de Juan el Apóstol con Domicianosubir imagenA fines del siglo I, Éfeso era la tercera o cuarta metrópoli del Imperio Romano, después de Roma, Alejandría, y quizá Antioquía. Su número de habitantes se estimaba entre 180.000 y 250.000, según los autores. Era un centro estratégico para el comercio y las comunicaciones hacia oriente. Junto con el culto a Artemisa, el culto imperial era un aspecto muy significativo de la vida en Éfeso en tiempos de Juan. Por entonces, el culto a los emperadores hacía énfasis en la dinastía Flavia: Vespasiano, Tito y Domiciano. El nivel del culto imperial impuesto llegaba a ocasionar molestias, incluso entre los latinos. Se conserva un poema del escritor Marco Valerio Marcial, en el cual él hace alusión a la ruptura del hábito de llamar con el título de «señor» a Domiciano: «non est hic dominus, sec imperator» (Martial X, 72). Domiciano fue señalado por los escritores cristianos antiguos como el segundo emperador romano en perseguir a los cristianos, luego de Nerón.
Muchos investigadores coinciden en la hipótesis de que el Apocalipsis fue escrito durante el gobierno de Domiciano como reacción a la intolerancia religiosa del emperador.
Mientras que el emperador se hacía llamar «Domitianus dominus et deus» («señor y dios Domiciano»), el Apocalipsis respondía: «Εγω ειμαι το Α και το Ω, αρχη και τελος, λεγει ο Κυριος» («Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor» -Apocalipsis 1:8-), y manifestaba así una convicción que ya aparecía bien explicitada dos décadas antes: «un solo Señor» (Efesios 4:5). La tensión también se manifiesta en vestigios de la época, como el Grafito de Alexámenos descubierto en el Palatino, que sugiere la representación en sorna de un cristiano adorando a un asno crucificado.
subir imagenTertuliano (ca. 160 – ca. 220), en su De praescriptione haereticorum XXXVI, asentó que Juan padeció sin morir el martirio en Roma, en una caldera de aceite hirviente. Según este relato milenario de la Iglesia, el martirio habría tenido lugar aproximadamente entre los años 91 y 95, en las cercanías de la Puerta Latina (Porta Latina), en los Muros Aurelianos. Juan habría salido ileso. El emperador Domiciano habría considerado este prodigio como una especie de magia y, no animándose a intentar otra clase de ejecución, habría desterrado a Juan a la isla de Patmos. Aún cuando algunos revisionistas contemporáneos minimizan el carácter persecutorio de Domiciano tanto en la arena política como en la religiosa, los historiadores Tácito y Suetonio mencionan en sus obras una escalada de persecuciones hacia el final del gobierno de aquel emperador, particularmente hacia oponentes que detentaban algún poder o dinero. Ambos historiadores identifican el momento crítico de esas persecuciones en algún punto entre 89, año de la supresión de la revuelta de Saturnino, y 93. Según Suetonio, aquellos de los que el emperador sospechaba eran declarados culpables de corrupción o de traición. Entre los escritores eclesiásticos, Eusebio de Cesarea cita a Melitón, obispo de Sardes y a Tertuliano. Éste último señaló que Domiciano «casi igualó a Nerón en crueldad», palabras que historiadores como Brian W. Jones consideran retóricas, mientras que los escritores cristianos no.
El destierro de Juan el Apóstol desde Éfeso a la isla de Patmos (donde según Ireneo de Lyon fue escrito el Libro del Apocalipsis), y la ejecución del senador Tito Flavio Clemente son ejemplos de la falta de libertad religiosa que habría tenido lugar en esa época. Según el historiador Dion Casio (67.14.1-2), Domitila y Flavio Clemente fueron acusados de ateísmo y condenados: Flavio Clemente fue ejecutado y Domitila desterrada a Pandateria. Como señala el historiador y jurista español José Orlandis (1918-2010), la acusación de «ateísmo» en la historia del Imperio Romano refirió con frecuencia la negación a adorar a los dioses romanos en general y a reconocer el origen divino del emperador en particular. Luego del asesinato de Domiciano el 18 de septiembre de 96, Juan habría retornado a Éfeso. La permanencia de Juan el Apóstol en Éfeso es conocida asimismo por Clemente de Alejandría (hacia el año 200), quien refiere que «Juan, después de la muerte del tirano (Domiciano), regresó de la isla de Patmos a Éfeso».
Jerónimo de Estridón (c. 340 – 420) también conoció el relato del martirio de Juan en el caldero de aceite en Roma y de su destierro en Patmos, pues lo refiere en su Commentariorum in Evangelium Matthaei XX, 23, al explicar el pasaje en que Jesús predice a los dos hijos de Zebedeo que beberían el mismo cáliz que él. Pero San Jerónimo escribe además que Juan, en su ancianidad, no podía ir por su pie a las reuniones de los cristianos, y los discípulos lo llevaban en una silla a las asambleas de los fieles de Éfeso. Su consejo era siempre el mismo: «Hijitos, amaos los unos a los otros». Cuando le preguntaron por qué repetía siempre la frase, Juan respondió: «Porque ése es el mandamiento del Señor y, si lo cumplís, lo habréis hecho todo».
Bueno, aquí la moneda:
Emperador: Domiciano.
Denominación: As.
Referencia: RIC Vol II # 300A.
Anverso: IMP CAES DOMIT AVG GERM COS XI CENS PER P P; busto laureado de Domiciano a derecha.
Reverso: IOVI CONSERVAT; Júpiter estante a izquierda sosteniendo rayos y cetro. S – C a izquierda y derecha respectivamente.
Ceca: Roma.
Datación: 85 d.C.
Diámetro: 28,8 mm
Peso: 10,1 g
Metal: Bronce.
Alto Imperio Romano.
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¡Saludos a todos!