El coleccionismo de cerillas prende lumbre

En aquel tiempo la distinción no era fumar sino cómo fumar. Saber dar fuego a un amigo, a un cliente o una mujer se convirtió en herramienta de cortesía y seducción. El fumeque se adaptó a las clases sociales. Los pudientes tiraron de encendedor Dupont de oro, el peón caminero tiraba de chisquero anti viento, el legionario de mechero Zippo y el universitario barbudo de caja de cerillas. Al coleccionismo de aquellas cajas en las Américas hispanas lo llaman “Lumenismo” y resurge estos días con chispa.


https://forbes.es/_newspack_opinion/120359/el-coleccionismo-de-cerillas-prende-lumbre/


UN SALUDO

Ya hubo uno al que le costó la casa coleccionar cajas de cerillas, se le prendieron fuego y ardió todo.

Granada escribió:

Ya hubo uno al que le costó la casa coleccionar cajas de cerillas, se le prendieron fuego y ardió todo.

Pero para eso ya hay que ser, torpe no, lo siguiente. Yo guardo la colección de cajas de cerillas de mi abuelo desde hace casi veinte años y ni una se ha encendido.

Hay mucho torpe por el mundo andando, como una moto que le quemaron a mi hermano. Fueron a robarle la gasolina y miraron si quedaba más en el depósito encendiendo una cerilla.

Eso les pasó porque no eran coleccionistas de cajas de cerillas (ya sabes, cuando la abres pierde valor). Hubieran usado un mechero, como hace todo el mundo

Joder, lo siento por tu hermano y su moto, pero es que... 
Ya me los estoy viendo con la cara susto tras la primera llamarada 

TirantLoBlanc escribió:

Eso les pasó porque no eran coleccionistas de cajas de cerillas (ya sabes, cuando la abres pierde valor). Hubieran usado un mechero, como hace todo el mundo

10 pfennig escribió:

Joder, lo siento por tu hermano y su moto, pero es que... 
Ya me los estoy viendo con la cara susto tras la primera llamarada 

Debieron quemarse, dio una llamarada enorme que casi arde todo el edificio porque era en las cocheras comunitarias, menos mal que el coche no estaba allí y no había otros cerca a esa hora, era por la mañana y estaba todo el mundo en el trabajo. Si prende otro coche, no lo apaga nadie.

El cabreo de mi hermano fue fenomenal, con lo que le había costado comprarse la Vespino.