Denario de Sabina, SABINA AVGVSTA HADRIANI AVG PP / VESTA, Roma 128-136 dC

Aprovecho que acabo de presentar una pieza de Adriano para sacar a pasear a la que fue su esposa, Vibia Sabina, la sobrina nieta de Trajano, en lo que resultó un matrimonio mal avenido, pero políticamente correcto. No es mucho lo que nos cuentan las fuentes clásicas sobre esta chica, más allá de lo infeliz que fue su matrimonio. Se especula que usaba anticonceptivos para evitar darle un hijo a Adriano, y es posible que hubiese abortado en alguna ocasión que quedase en cinta. Aunque no le faltaba amor dentro del palacio, y así nos llegan sus aventuras con el historiador Suetonio y con el prefecto del pretorio Cayo Claro. No parece que se esforzasen mucho en ocultar sus encuentros, que llegaron a oídos del emperador y acabaron con los dos funcionarios de patitas en la calle, aunque también se sugiere que podría haber otras motivaciones políticas en estas destituciones. Elio Esparciano también la implica en una conjura para acabar con la vida de Antinoo, en una de las varias versiones de la muerte del muchacho.

En general, si una mujer de familia imperial no era lo suficientemente malvada, como Mesalina o Popea, o especialmente influyente, como Livia y Antonia, es muy poco lo que nos cuentan los historiadores antiguos sobre ellas. Ocurre lo mismo con las Faustinas, de las que apenas sabemos que la mayor era muy viciosa y que la menor pudo estar envuelta desde el principio en la conjura de Avidio Casio. Pero hay un detalle que muchas veces se pasa por alto en el caso de las mujeres de los Antoninos, que es su papel en la continuidad dinástica de aquellos a los que se conoce como los emperadores adoptados, como si no tuviesen nada que ver unos con otros. Conocemos bastantes detalles sobre como Livia y Agripina se las arreglaron para asegurar que la gens Julio Claudia llegase hasta Nerón. Pero la trastienda de como la gens Ulpia llegó hasta Cómodo solo puede especularse a partir de los hechos.

La cuestión sucesoria desde Augusto a Domiciano había consistido en encontrar al candidato idóneo dentro de la familia imperial, o directamente pasar el poder de forma hereditaria por antigüedad en la familia, como fue el caso de los Flavios. Al final, todo quedaba en casa. Y llega Nerva y sorprende a todo el mundo adoptando como sucesor a un Legado perteneciente a una familia de origen hispano con la que no le une ningún tipo de parentesco. La adopción de Trajano fue una maniobra política muy hábil para asegurar la paz en Roma, y sentó el precedente de un sistema de sucesión por adopciones al que en principio cualquier notable con suficientes méritos podía competir. La falta de descendencia de Trajano y Adriano reforzó el sistema, y así se mantuvo hasta que Marco Aurelio designó para sucederle a su hijo Cómodo, poniendo fin al sistema de sucesión y a la dinastía. En efecto, mientras el sistema de sucesión por adopción se estuvo aplicando los diferentes emperadores procedían de familias diferentes, incorporando sangre nueva al gobierno. Pero esta renovación genética fue solo aparente, ya que todos los demás emperadores a partir de Trajano estuvieron casados con mujeres de la Familia Ulpia. Y de esta forma, la sangre de la familia de Trajano circuló por las venas de Cómodo.

El diseño de esta sucesión dinástica matrilineal se atribuye a Plotina, y parece confirmarse en las referencias a su intervención en la promoción de Adriano y las sospechas que se vierten sobre una supuesta manipulación de la última decisión de Trajano. Plotina consiguió lo que situó Adriano en la primera posición en la línea sucesoria mucho antes de que esta se plantease, influyendo sobre Trajano para que aceptase el matrimonio entre aquel y la nieta de su hermana Marciana. Este matrimonio ponía a Adriano en una posición de mayor legitimidad para la adopción que sus otros competidores. Los rumores sobre su papel tras la muerte de Trajano, hasta que llega a Roma con sus cenizas junto a su sobrina Matidia y Adriano, no hacen sino confirmar su determinación en colocar a Adriano, o a su sobrina nieta, una Ulpia, al frente del imperio. Las sucesivas consagraciones de Marciana, Plotina y Matidia contribuyeron a magnificar la idea de legitimidad de los emperadores casados con Ulpias que vendrán a continuación.

Es Sabina, hija y nieta de diosas y sobrina de los divinos Trajano y Plotina, quien le da la legitimidad que no tiene Adriano, cuyo nombramiento fue inicialmente cuestionado. Esta posición se refuerza públicamente cuando en 128, al tiempo que Adriano acepta el título de padre de la patria, Sabina es proclamada Augusta. Los dos nuevos títulos aparecen en esta moneda, que se comienza a acuñar precisamente en 128. Por si fuese poco encumbramiento, Sabina estuvo presente en la ceremonia de los misterios de Eleusis, donde fue reconocida como la Nueva Démeter, y equiparada a otras diosas en diferentes provincias orientales. Su imagen fue utilizada por Adriano como una pieza sustancial de propaganda de su programa político, presentado en varias ocasiones como una continuidad de los deseos de Trajano, aunque ello supusiese abandonar parte de sus conquistas.

Fue el propio Adriano el que puso en peligro la continuidad de la familia Ulpia cuando decidió adoptar a Lucio Elio, al que algunos creían hijo del emperador. Es muy probable que Sabina se hubiese opuesto a esta adopción y que, en cambio, hubiese favorecido las aspiraciones de Pedanio Fusco, nieto de Julio Serviano y Domitia Paulina, hermana de Adriano. Fusco era, por adopción de su tio abuelo Adriano, miembro de la familia Ulpia.  Sabina muere antes que Adriano, según las malas lenguas envenenada por este. Pero con o sin Sabina, Elio no estaba destinado a suceder al emperador, ya que murió poco tiempo después de su nombramiento. Tampoco vistió la púrpura Fusco, que fue quitado de en medio por el emperador junto con su abuelo Serviano. Al parecer el muchacho se había mojado demasiado en su papel de “principable” y acabó siendo visto como una amenaza por el emperador. La sucesión la resolvió finalmente Adriano, en un ataque de sensatez, según Dión Casio, adoptando a Antonino. Este, casualmente o no, estaba casado con Annia Galeria Faustina, nieta de Matidia y una Ulpia con todas las de la ley. La adopción estaba condicionada a que Antonino adoptase a su vez, como sucesores, a Lucio Vero y a Marco Aurelio. Este último acabó casado con la hija de Antonino y Faustina, de cuyo matrimonio nació Cómodo, el último Antonino y también el último Ulpio de la dinastía. Habrá que esperar medio siglo a que, con Decio, algún descendiente de los Ulpios volviese a gobernar el imperio.

Y aquí os pongo la moneda. Espero que os guste y que la historieta os haya resultado interesante.

Denario de Sabina, Roma, 128 – 136 dC.
Anv. SABINA AVGVSTA HADRIANI AVG PP, busto drapeado a derecha.
Rev. VESTA, Vesta sedente a izquierda con cetro y paladium.
RIC II 410.
Peso, 2,9g.
Diámetro, 18mm.

Bonito denario compañero @Sergio_Orata, y entretenida y rigurosa semblanza de Sabina augusta. Saludos.

Muy buena pieza, me apunto a esta Sabina a mi lista de "emperadoras" pendientes

Una pieza muy interesante y una presentación de lujo. Enhorabuena por ambas cosas.

Saludos.

Bonita pieza e interesante 

Gracias compañeros!! Como siempre, un placer compartir.

Bonita pieza e interesante presentación

Bonito denario y muy interesantemente presentado 

interesante presentación y bonito denario 

Buena pieza

Bonita pieza y gran presentación ¡¡¡¡