https://navarra.okdiario.com/articulo/pamplona/plazuela-consejo-lugar-ejecuciones-juegos-sede-momenticos-sanfermineros/20240818141902439306.amp.htmlTal y como recoge Pamplona, calles y Barrios, del cronista pamplonés José Joaquín Arazuri, la primera referencia de este nombre para la plaza data del año 1557.
En aquellos años el Consejo Real de Navarra, que había sido creado el siglo anterior por la reina Juana II y el rey consorte Felipe III, era el organismo supremo del reino, el cual ejercía funciones consultivas, judiciales y legislativas, de manera paralela a la Cámara de Comptos.
Según las crónicas de la época, en 1537 el Consejo ordenó la construcción de una nueva cancillería, la cual desató los recelos de los habitantes de los tres burgos de Pamplona (Y eso que ya hacía más de un siglo que Carlos III había firmado el Privilegio de la Unión).
El caso es que se había comenzado a construir en la Plaza del Castillo, que pertenecía a la Navarrería, pero los habitantes de San Cernin y San Nicolás se opusieron frontalmente. Cuatro años duró aquel litigio que ganaron los del burgo y la población, quienes decidieron emplazar el edificio en terrenos pertenecientes a los dos barrios, justo enfrente de donde ahora se encuentra el Palacio de Guendulain, cerrando la salida a la Plaza de San Francisco, que quedaba a sus espaldas.
De ahí procede el nombre, pero la plaza existía desde antes, como mínimo desde el siglo XII, siendo centro neurálgico del denominado Barrio de las Tiendas, que comprendía desde la plaza, por la actual calle San Antón, que entonces se llamaba Rúa Mayor de las Tiendas, y hasta la calle San Miguel.
El lugar donde hoy está la fuente de Neptuno era en el que habitualmente se instalaban los cadalsos en los que se ajusticiaba a los sentenciados a pena capital, la mayoría de ellos juzgados y encarcelados en la cancillería del Consejo Real, a sólo unos pasos.
En el siglo XVI, más en la parte de la Rúa de las Tiendas, pero también en la plaza, la población vibraba con el juego ecuestre de "la sortija" y el de las "alcancías". Correr la sortija, como escribe Arazuri, "era una diversión de habilidad que consistía en ensartar en la punta de la lanza, a galope tendido, una anilla o sortija pendiente de una cinta"; mientras que en el Regocijo de las Alcancías los jinetes, a lomos de sus cabalgaduras, tenían que detener con sus escudos las alcancías, que eran unas pequeñas pelotas de barro rellenas de ceniza.
Pero, regresando a 1537 y al edificio de la cancillería del Consejo que dio nombre a la plaza. Aquella construcción fue no sólo un centro burocrático, sino también sede judicial y cárcel. En 1563 se colocó en el centro de la plaza una fuente de uso público alimentada con aguas traídas de Iturrama, procediéndose a hacer la conducción de los canales desde el hoy barrio pamplonés, hasta lo que hoy conocemos como calle Ciudadela, al final de la calle San Antón.