El brocal del pozo escriboniano (Puteal Escribonium o Scribonianum) fue famoso en la antigüedad. Festo relata que habiendo sido Escribonio encargado por el Senado para investigar los lugares sagrados en los que había caído un rayo, construyó el "puteal" ante el atrio de Minerva, dado que allí había existido un templo que había sido destruido por un rayo y estaba prohibido cubrir los lugares en los que había caído un rayo, debiendo permanecer siempre a cielo abierto.
Las ruinas de este pozo fueron descubiertas durante unas excavaciones en 1950.