Buenos días, eñe con punto.
Cada música tiene su momento y su lugar.
Aunque para esas cosas que nombras yo no lo encuentro nunca.
Nunca me han gustado las voces ni las estridencias, yo era frecuentador de pubs de los 80-90.
Música lenta y bajita y a hablar de Dostoyevski, como el de amanece que no es poco.
No me imagino declarando mis enamoramientos a nadie mientras daba saltos rocanroleros.
Te contaré la anécdota de que en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme,
en las fiestas, una noche actuaba Miguel Ríos y a la siguiente Manolo Escobar.
Había que decidir, porque para los dos no tenía perras.
Desistí del de los pantalones de tela de funda de colchón y me fuí a ver a Manolo,
creo que yo era el más joven de toda la plaza de toros.
Un jolgorio.
Saludos.